(Un sentimiento en las tripas con forma de texto. Por necesidad
física. Con todo, yuxtapuesto, haciendo homenaje a tu escritura
abigarrada. De las seis páginas, sólo dos párrafos.)
Mi problema son tus labios, que no tengo. Un día, dos meses, tres
años. Verte y no poder besarte. Verte y no pensar en otra cosa. Hablar
contigo de cuando en cuando y no besarte nunca. Me hablas y finjo que te
escucho. Te hablo y finjo que te hablo. A veces de verdad lo hago, pero
imagino tus labios que no hablan, que besan. Verte y no poder besarte.
He imaginado el beso, como Salinas, el beso que te daré, lo imagino
mientras estudio, cuando estoy en el tren o en mitad de algo importante.
Finito, concreto, apareces tú, apareces con tus labios que me duelen.
Hablas y de tu boca no salen palabras. Son besos que estoy perdiendo.
Me hago creer que tengo cosas importantes, que mi vida no se derrumba
por un beso que vendrá. Suelo jugar a que tú también lo entiendes,
porque te pasa igual. Verte y no pensar en otra cosa. Besarte no como el
último de mis besos. Como el primero de todos los que di.
Verte y no besarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario